1 Por esto, misericordiosamente investidos de este ministerio, no
desfallecemos.
2 Antes bien, hemos repudiado el silencio vergonzoso no procediendo
con astucia, ni falseando la Palabra de Dios; al contrario, mediante
la
manifestación de la verdad nos recomendamos a nosotros mismos a toda
conciencia humana delante de Dios.
3 Y si todavía nuestro Evangelio está velado, lo está para los que se
pierden,